C'est fini

Hemos acabado de grabar las guitarras, teclados y coros que faltaban.

La guitarra acústica que se me atravesaba la hemos simplificado y hemos añadido un arreglo rollo Clem Snide. Perfecto.

Riqui y Valentí grabaron los teclados que faltaban. En total hay unos 3 hammond, 3 pianos y 3 rodhes en todo el disco. Y varios sintetizadores guapos. Ah! y un xilófono de juguete (electronically tunned) de la hija de Pep.
La melódica también se grabó. Quedó muy integrada en un tema con bases electrónicas y sintes marcianos y machacones.

También hemos grabado las voces de los amigos invitados.

Carol y Genís , compañeros durante años en la Maravillosa Pandilla del Soul (ahora sólo The Marvelous), hicieron unos coros muy relajados en "Piedras en la vía". Tenía ganas que colaborasen en esto a modo de agradecimiento.

Litus - el detonante de todo esto, el que disparó al cherif - ha grabado coros en 3 temas. Nada que alegar. A parte de conocerme (nos) metido en un saco, Litus tiene talento y gusto para añadir valor a las canciones. Mañana se va a grabar un disco con Paul Carrack. F-L-I-P-A-S.

El resto de los coros los hemos grabado nosotros. Han quedado también muy bien. Al final hay bastantes voces en el disco si bien hemos intentado evitar tanto el rollo orfeón como el rollo Doo wop. Esto también mola.

Sólo falta de ajustar las agendas con Roger i Sergi, oboeísta y violinista respectivamente, para grabar un arreglo en "Contigo en el autocar". A ver si esta semana lo conseguimos.

Esta semana que viene no, la otra, Pep empieza a mezclar.

Estoy agotado pero contento.

Albert

PD: He descubierto un proyecto musical brutal. Junco y Diamante. Hacen comarcas. Cançons de la terra catalana en clave destroyer. Algo así como Pou de Glaç pero a lo bruto.

PD 2: Me olvidé que Marco grabó también una trompeta tocando "El manisero" en "La fiesta". Este tema, con el piano desafinado, la trompeta al ralentí y unas percusiones de Valentí y Pep con copas de cava afinadas con agua (esto es cierto), ha quedado intencionadamente de lo más decadente. Valentí dijo en su momento que escribir una canción sobre una fiesta era, ya de por sí, decadente. Y tenía razón...